miércoles, junio 15, 2005

Perisur: Episodio III y el final de la saga.

Después de este día yo recomendaría disfrutar cada día al máximo, pues nunca sabes qué puede suceder cuando salgas por unas ruffles al oxxo (o al seven, dependiendo de tus ánimos) o sencillamente, cuándo será la última vez que veas a alguien.. en un buen rato (ya sea por alguna accidente o por negligencia jaja).

Este día como tantos otros, me lancé desde San Agustín (casi Cd. Satélite, Edo. de México... y nuevamente me preguntó.. por qué le ponen el prefijo Ciudad? Bueno, ni siquiera es un sufijo pero.. bueno mi punto es.. Ciudad Juárez, Ciudad Azteca, Ciudad Obregón, Ciudad Madero.. por qué no de una vez Ciudad Monterrey.. Ciudad Yucatán??? jajajaja.. en fin, sólo me lo preguntaba, igual y porque suena bonito.. después de todo de otra forma tal vez no sonara tan bien. en fin) hasta el sur de la Ciudad de México... casi al final, en Ciudad Universitaria. Divertido el paseo, siempre viendo a tanta gente tan ocupada.. nuevamente te invita a echar a volar tu imaginación, pensando en posibilidades para cada persona que ves pasar.

Maybe not.


Pues básicamente lo que hicimos fue irnos caminando desde las afueras de la zona cultural de CU (más bien, el complejo residencial de ahí enfrente) hacia PeriSur. Está padre el lugar, y grande.. tuve flashbacks.. no sé de qué, pero los tuve.
Adentro me entretuve con lo típico, tiendas de mascotas, una que otra tienda de ropa.. La idea era ir y ver Episodio III, cosa que hicimos exitósamente y salimos pensando en qué es lo que define el bien y el mal... si está bien dejarse llevar por los impulsos, por las pasiones, por el amor, por el odio... o si es necesario ser siempre tan frío, tan recto y tan "correcto" como lo son los Jedi's... lo pone a uno pensar. No quiero ser un soberano prepotente, egoísta y arrogante, pero tampoco quiero ser célibe (dios me libre).

Nuevamente, el tiempo a veces parece detenerse, cuando te das cuenta de la realidad, es ya demasiado tarde, ha anochecido y sabes que tienes que volver a casa.


Nunca me gustaron las despedidas.