viernes, junio 10, 2005

Un espejismo en la Plaza del Sol

Un día mucho más tranquilo.
Descansado, tan descansado como puedes estar en vacaciones sin haber dormido en tu propia cama, de viaje, caminando, out there...
Pero a su vez, con toda la energía que precisamente sacas de no sé qué lugares cuando te encuentras en medio de la nada y tan lejos de casa.

Después de un desayuno en familia y después de que mi amigo regañara a sus hermanitos (siempre me ha maravillado la poca paciencia que las demás personas le tienen a sus hermanos menores, una sensación de la que espero permanecer privado el resto de mi vida y que probablemente nunca comprenderé).

Después de llegar a la estación taquera nos dispusimos despachar un poco más (el día de hoy al parecer no habrá paga, a diferencia de la noche anterior que sí hubo después de los Hot Dogs), aunque el día de hoy hubo menos clientes y terminamos comiéndonos gran cantidad de lo que habíamos preparado. Los clientes son muy graciosos, passerbyes que quieren comer, padres con sus hijas, parejas, viejitos... en lo que respecta al trato social, me imagino que estar en un restaurante transitado ha de ser una maravilla para aquellas personas que gustan de observar gente, pues uno no se cansaría de ver la variedad de gente que pasa por lugares fijos, aunque para ellos sean solamente una parada más en sus ocupados días.

Fue después de eso que salimos a conocer aspectos más generales de la ciudad, como por ejemplo la Plaza Tapatía, los museos, la exposición permanente de las sillas bien locas jajaja, el teatro Degollado, el famoso mercado San Juan de Dios y después de eso una pequeña escala por una donita.. vi entonces el escudo de Guadalajara y recordé una foto que nos tomamos de pequeños cuando vine por primera vez. De ahí pasamos a la parte de la Catedral y me mofé un poco de aquellos charros enamoradizos que se toman la foto con todo y una palomita volando, tan orgullosos de su sombrerote. Yo nada más, feliz de estar en Guadalajara.

De ahí pasamos a una iglesia donde enfrente había una pequeña escultura con manos.. creo que era un símbolo más bien religioso, pues cuando nos tomamos otra foto ahí haciendo MEROOOOOOOL la gente nos vio con ojos iracundos... a mí en lo personal me dio bastante risa. Yo no sé cuál es el problema de estos cristianos. De ahí a la Rotonda de los muertitos tapatíos o algo así, y el interior de la Catedral.


Del centro de Guadalajara decidimos darnos otra perdida y pasar a ver algunos de los centros comerciales como Galerías 360 y la Plaza del Sol. Nada nuevo, me gustó más la Plaza del Sol. Dicen mis papás que nos dimos una vuelta por ahí la vez q fui hace mil años, pero de eso sí no me acuerdo nadita.
Lo mejor de ese día fue, sin duda, una bella tapatía que pasó a nuestro lado... Ahora, en este punto mi amigo insiste que estoy loco, que yo alucinaba... pero yo sé que no. El asunto es que pasó a un lado de nosotros y no pude ni decir palabra.. dicen que las tapatías son bonitas, pero ella... ella definitivamente era la mejor de todas. Después de convencer a mi compañero de volver, ya era demasiado tarde, y buscamos la plaza en vano por aquél espejismo.

Triste.

Regresamos a la casa y quemamos algunos discos, jugué un poco de N64 con los hermanitos de Tirado (no, no me metieron una paliza, los dejé ganar para que se motivaran y siguieran adelante) y también algo de GameCube. (De hecho hasta la fecha I haven't met my match en Mario Kart 64.. pero claro that's "a construction that is considered outdated"... q bueno es ser geek jajaja).

Momentos despuéssurgió la genial idea (y no es sarcasmo) de visitar el Panteón de Belén. Este Panteón se caracteriza por ser muy muy viejo, apenas de los comienzos de Guadalajara, pero sobre todo por estar rodeado de leyendas locales y mejor aún: tiene recorridos guiados los fines de semana por una módica cantidad. Nos dispusimos entonces a visitar ese lugar, pero para cuando llegamos... oh sorpresa! Los graciosos dicen que solamente pueden vender boletos los lunes, y que no hay forma alguna de que entremos al recorrido que daría lugar en unos minutos.
Después de estarle rogando un millón de veces, nos gritó tan feo que solamente tomamos un par de fotos, y decidimos irnos... damn, sería en otra ocasión, pues yo momentos más tarde tomaría un camión de regreso al DF.

Y por qué de regreso? Bueno, ni yo sé. No pensaba pasar por Morelia.. me hubiera gustado, pero tenía poco dinero. Tal vez en otra ocasión.

Después de despedirme de la amable familia de los Tirado, me dejaron en la (ahora sí) INMENSA estación de autobuses de Guadalajara.

Y aquí hay espacio para hablar un poco acerca de los camiones en los que había estado viajando. Había oído hablar allá en Monterrey del Grupo Senda, pero apenas ahora que de hecho estaba viajando por camión podía percibir las enormes ventajas de estos camiones... son verdaderamente cómodos (los Autobuses del Norte, por ejemplo). Dicen que los ADO también son muy buenos, pero de ellos podré dar una mejor opinión apenas en el verano 2006, en otra pequeña versión de BusTrip.
Digo todo esto porque tuve la maravillosa oportunidad de viajar en un autobús nuevecito. Eran unidades nuevas (me cobraron como 20 pesos de más, los malditos... bueno, eso era sumado al 50% de descuento ... damn, adoro ser estudiante en vacaciones!). Olían bastante bien, y nos dieron a todos los pasajeros bolsitas con memorabilia adentro, jejeje, pluma, folleto, botanas, torta... en fin, todo lo necesario para pasarla de lujo. Los asientos estaban enormes y como en casi cada uno de los viajes que emprendí (a excepción del primero, junto al Sr. que olía medio raro) me puse a mis anchas en los dos asientos.

Fue entonces cuando me di cuenta de que de momento no podía estar en un lugar mejor, así que agarré mi sudadera como almohada, me acomodé, y me dormí prontamente con una sonrisa.



Fotos de Guadalajara